Antonio Ortega
El PAC irrumpió en la vida política nacional tomando como bandera la ética en la función pública, señalando la corruptela y el despilfarro del bipartidismo del PLN y PUSC que durante varios periodos jugaron solos.
Aunque en años anteriores, el efímero partido Fuerza Democrática (“el naranjazo”) también obtuvo un importante apoyo por su combate a las gollerías del PLUSC, fue el PAC quién capitalizó el descontento, haciendo importantes aportes en el debate político.
Desde el Frente Amplio, compartimos trinchera muchas veces en la dirección de adecentar la función pública.
La hoy vicepresidenta y canciller Epsy Campbell, junto a Ottón Solís, hoy presidente del BCI, se recuerdan como las caras más visibles de ese discurso, fueron muchas las denuncias y los discursos dichos por ambos, fueron muchísimos también los votos que ha obtenido el PAC por parte de una ciudadanía harta del espectáculo y del bochorno con el dinero de todas y todos.
La amnesia es tan común en la política que ya nadie se acuerda del antes famoso código de ética del PAC, ni tampoco se le pide una declaración a su Comisión Política.
La actual piñata en la Cancillería no tiene nada que envidiarle a la época dorada del bipartidismo. Ottón, presentado por el presidente Alvarado como “garante ético”, hoy, por su cargo goza de un conveniente silencio selectivo.
La Epsy del 2018 se disfraza para ver al Papa, nombra amigos, se conmueve con Venezuela, se le olvida Honduras, exige discreción a los funcionarios de la Cancillería y se enoja cuando algún diputado le pide cuentas. Así transcurre la pasarela en la Cancillería.
Ya la fiscalía General de la Republica declaró que en el pasado mes de julio abrió una investigación en contra de la señora Vicepresidenta, bajo el número de expediente 18-144-033-PE, para investigar dichos nombramientos.
El actuar del PAC y su silencio, causa, además del impacto en la función pública un daño a la idea de que se puede gobernar con decencia; hoy están aportando a la complaciente idea de que en política todos son corruptos, esa lógica que le ha servido a los sinvergüenzas para seguir pidiéndonos el voto.
¿Qué le diría la enérgica diputada Epsy del 2002 a la hoy Vicepresidenta?