Hace 46 años se derrocó y asesinó al Presidente chileno, democráticamente electo, Salvador Allende. Lo hizo la junta militar chilena en apoyo con el entonces presidente estadounidense Richard Nixon, rodearon el Palacio de la Moneda en Santiago y acabaron con el sueño de los pobres del hermano país.
Aún hoy, las escenas, fotos y audios de ese 11 de septiembre nos hacen desbordar lágrimas de rabia e impotencia.
A partir de ese momento, y con la toma del poder del dictador Augusto Pinochet se escribió una de las páginas más sangrientos de la historia latinoamericana y del mundo entero. No sólo se detuvo un proyecto político encaminado hacia la solidaridad y la emancipación del pueblo chileno, sino que se persiguieron, asesinaron y torturaron a miles de personas, entre ellos al cantautor chileno Victor Jara.
A Allende lo recordamos como ejemplo de dignidad y coraje, pero también debemos de tener claro lo tristemente actuales y vigentes que son los métodos en que los poderes económicos y las potencias imperiales asfixian los procesos no alineados. Ejemplos tenemos de sobra en la historia reciente de nuestra Latinoamérica: el bloqueo económico criminal a Cuba, el intento de golpe de Estado a Chaves o el golpe de Estado a Mel Zelaya en Honduras y muchos casos más; nos recuerdan que las balas que mataron a Allende siguen disparándose, 46 años después el guion es casi el mismo.
Aún así, la historia de un Presidente entregando a los pobres y a su pueblo resuena en miles de millones de personas en el mundo, en tiempos donde la ley del mercado despoja a pueblos enteros hundiéndolos en la pobreza, Allende es universal. Muchísimas personas en el mundo se quedarían con él hoy en el Palacio de la Moneda, así como se quedaron varios de sus subalternos, teniendo la elección de salir ese triste día.
Su dignidad sigue intacta.
“¿Es justo que el hombre ponga un pie sobre la luna? ¿O no sería más justo que los grandes países pongan los pies sobre la tierra y se den cuenta que hay millones de personas que no tienen trabajo y que sufren de hambre?”
“Pagaré con mi vida mi lealtad al pueblo”
Salvador Allende