El Presidente Carlos Alvarado Quesada no sólo ha irrespetado a enormes sectores de la población sino que también se irrespeta él constantemente como primer funcionario y como persona.
No sabemos bien si el nuevo tonito y el mal despilfarro de adrenalina que lució hoy en su discurso en Nicoya es parte de la asesoría de la nueva agencia de comunicación (bendecida por el PLUSC), o responde a “un permiso” que se dio frente a los y las manifestantes.
Sí esto es una nueva jugada comunicativa del Ejecutivo para subirse a la ola del tergiversado “momento populista”, pues muy mal, y sí esa es la reacción “alka seltzer” del Presidente cuando lo encaran los manifestantes pues muy mal también.
Lo único cierto es que nada aporta a la embarrilada coyuntura nacional, donde los discursos autoritarios y del odio crecen con fuerza en medio de la desigualdad, la pobreza y la incertidumbre ciudadana. Producto de 40 años de políticas neoliberales.
Malos tiempos para Costa Rica, y, como cantaba Serrat: “Buenos tiempos para la chapuza”; lo que en lenguaje tico vendría siendo: buenos tiempos para las chambonadas.