Desde el Frente Amplio nos solidarizamos con la familia y las defensoras de derechos humanos que llevan el Caso Beatriz ante la Corte IDH, quienes han sido hostigadas por grupos anti-derechos en vísperas de las audiencias ante dicha Corte.
Beatriz fue una joven salvadoreña en condición de extrema pobreza que padecía de Lupus (agravada con nefropatía lúpica) y otras enfermedades. Ella quedo embarazada por segunda ocasión en febrero de 2013, sin embargo, su estado de salud quedo muy deteriorado por su primer embarazo, en esta segunda ocasión el personal médico le diagnosticó un embarazo de alto riesgo y la inviabilidad de la vida del feto una vez que naciera pues tenía una malformación genética llamada anencefalia. A pesar de que Beatriz y el mismo personal médico estaban de acuerdo en practicar la interrupción del embarazo para salvaguardar la vida de la madre, esto no fue posible debido a que el Estado de El Salvador no autorizó el procedimiento y Beatriz fue obligada a llevar un embarazo inviable y de alto riesgo durante 81 días, hasta que la Corte IDH obligo al Estado salvadoreño a practicar el procedimiento. Beatriz se sometió a una cesárea, sin embargo su salud quedó muy deteriorada. Beatriz murió 4 años después.
Beatriz y su familia, las organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos en El Salvador sufrieron una fuerte de percusión y hostigamiento por diferentes movimientos anti-derechos. Hoy este accionar violento sigue en nuestro país, por ello exhortamos a las autoridades a asegurar la integralidad física y el respeto de la familia y las defensoras del caso Beatriz en concordancia con el derecho internacional y las normativas nacionales en materia de derechos humanos.
La historia de Beatriz es la de muchas mujeres centroamericanas a quienes se les violenta sistemáticamente sus derechos sexuales y reproductivos a pesar de que sus vidas corran riesgo, el ejemplo de lucha de Beatriz y su familia ha resonado en todos los movimientos feministas y de mujeres de todo el continente, su lucha es la lucha de todas las mujeres empobrecidas, por ello su memoria y sus familiares merecen justicia y reparación.