-Comunicado del Frente Amplio en el marco del Orgullo LGBTIQIA+ 2023
El 28 de junio de 1970 se llevó a cabo la primera Marcha del Día de la Liberación LGBTQIA+ en Christopher Street, Nueva York. A pesar de la violencia y obstrucción policial, de la condena de los transeúntes y del riesgo para la integridad física y mental, más de 2000 personas LGBTQIA+ hicieron suyo el espacio público, y caminaron juntas reivindicando su existencia, derecho a vivir con plenitud y sin violencia. Únicamente a través del acto encarnado de caminar y recordar la represión policial en un bar gay en Nueva York en 1969, estas personas de diferentes razas, géneros, clases, capacidades, con distintos estatus migratorios, conformaron un colectivo, un movimiento social que ha cambiado la vida de millones.
Este domingo, volvemos a la calle junto a ustedes, al lado de los colectivos LGBTQIA+, estudiantiles, feministas, iglesias inclusivas y ciudadanía en general, para continuar luchando por la existencia plena y la justicia social que también tiene una dimensión sexual. Lo hacemos desde el convencimiento de que alcanzar la existencia y ciudadanía plena de las personas LGBTQIA+ es un elemento que enriquece y dignifica como sociedad, y fortalece cualquier democracia; aún más, afirmamos que una sociedad no puede ser libre ni democrática, si no reconoce, protege y potencia la diversidad humana, de la cual la sexual es una de sus tantas facetas.
Desde el Frente Amplio, al tiempo que acompañamos y nos sumamos como cada año a la manifestación social plural y diversa que forma parte de esta lucha que continúa hasta hoy, hacemos un llamado a poner en el centro el carácter interseccional que debe acompañar el Orgullo, desde los eventos que lo originaron, donde mujeres trans racializadas, empobrecidas e incluso en condición no regularizada se enfrentaron a la Policía. No podemos olvidar que la existencia cotidiana de las personas LGBTQIA+, además de ser trans, lesbianas, bisexuales o no binarias, está atravesada por la clase social, por el género, la raza o estatus migratorio.
No basta con cambiar conciencias y visibilizar la existencia, si no se transforman las condiciones de vida de las personas LGBTIAQ+ que no son solo excluidas y discriminadas por su orientación sexual, características sexuales, identidad o expresión de género, sino también por su condición migratoria, por su clase, por su género, por un sistema aún capacitista (es decir, en el que existe todavía prejuicio social contra las personas con discapacidad). El abuso y violencia están presentes en el mundo laboral, en el ámbito sanitario, educativo y político, y por ende es vital la transformación social. Por esta razón en el Orgullo no caben discursos sexistas, clasistas, capacitistas, racistas, xenófobos, androcéntricos o gordo fóbicos, ni puede servir de plataforma para políticos, corporaciones o figuras de la farándula que producen estas acciones.
¡No hay precio que pueda comprar nuestro orgullo, ni liderazgos autoritarios que puedan silenciarlo!¡Elevemos nuestras voces con determinación y resistencia!