Intervención de la Diputada Patricia Mora Castellanos con motivo del 83 Aniversario de la fundación del Partido Comunista de Costa Rica, sesión plenaria de la Asamblea Legislativa del 16 de junio de 2014.
Hoy hace 83 años, un grupo de jovencísimos estudiantes de Derecho, un puñado de trabajadores, un selecto grupo de las cabezas más lúcidas de nuestro país, decidieron fundar el Partido Comunista. Instalaron para siempre en esta pequeña franja de tierra, esa idea que animó a Espartaco y a Robespierre, a Marx y a Rosa Luxemburgo, a Ernesto Ché Guevara, a incontables hombres y mujeres que se encuentran en ese glorioso panteón de aquellos que han vivido y dado su vida por una idea.
Porque el COMUNISMO es ante todo, una idea. No un modelo doctrinario y autoritario de sociedad, ni el nombre de un régimen estatal, de alguna receta política o de un nuevo modo de producción.
El COMUNISMO nombra un movimiento, una orientación histórica de la Humanidad entera. Es la idea de la puesta en común del poder, la idea de la solidaridad enfrentada al cálculo egoísta y a la competencia sin cuartel. Es la convicción de que es posible construir una sociedad cuyo motor no sea el egoísmo del aumento en la tasa de ganancia. Es la idea que antepone la defensa de los bienes comunes de la Humanidad, tanto culturales como naturales, frente a la privatización del mundo. La idea de que una sociedad no puede regirse a partir de la ley del rendimiento y la rentabilidad monetaria.
El COMUNISMO nombra el sueño irreductible de un mundo diferente, en el cual, la igualdad sea la ley, y la solidaridad, la justicia y la libertad, sean los principios cardinales que orienten el accionar político.
El desarrollo y el bienestar de la especie humana pasa porque cada uno tenga la oportunidad de desarrollarse plenamente, de tener una vida y un trabajo digno.
Frente a la crisis social, ecológica, económica y moral a la que nos ha conducido un sistema de capitalismo salvaje que atiende sólo al crecimiento desenfrenado del capital, hoy cobra actualidad y urgencia desesperada ese comunismo a la tica, que hoy ya hace 83 años vio la luz en un humilde salón a unas cuantas cuadras de esta Asamblea Legislativa.
El innegable legado que el Partido Comunista ha dejado en nuestro país, no solamente pasa por lo programático. Cruza también lo intelectual, lo social, lo político.
En el plano programático planteó temas que al materializarse en lo legal e institucional marcaron en mucho a nuestra sociedad. Ya en su primer programa mínimo aparecía el establecimiento de los seguros a cargo del Estado, la abolición del trabajo infantil, la ley del salario mínimo, la emancipación política y jurídica de las mujeres, la ley del servicio civil, la nacionalización de nuestro subsuelo.
En lo cultural y académico varias generaciones de intelectuales desarrollaron su actividad en el marco de su militancia política: Carlos Luis Fallas, Carmen Lyra, Fabián Dobles, Joaquín Gutiérrez, para mencionar sólo a quienes han sido distinguidos al ser declarados Beneméritos de la Patria.
El Partido Comunista enriqueció la vida política de Costa Rica. La negociación política, siempre con el propósito de conseguir mejorar las condiciones de vida de los sectores más castigados por la injusticia social, es quizás, el mayor aporte que dio.
Hoy el Partido Comunista no existe en Costa Rica.
El Frente Amplio no es un Partido Comunista. De él formamos parte personas que venimos de esa tradición política y que la reivindicamos como nuestra. Pero el Frente Amplio se nutre de muy diversas experiencias de vida, de sensibilidades distintas. Feministas, socialistas, ecologistas, religiosos de la teología de la liberación, sindicalistas. Y bajo la bajo la premisa de un “socialismo a la tica” confluimos con miles de costarricenses que aspiramos a la superación de la injusticia, la desigualdad y la exclusión social.