El día de hoy se ha consumado una de las peores afrentas al pueblo brasileño. La derecha de ese país, ante la imposibilidad de revertir en las urnas el apoyo que ha recibido el Partido de los Trabajadores (PT), al elegir a Lula da Silva y Dilma Rousseff, recurre a torcer vilmente los mecanismos de la justicia y la legalidad para ejecutar un golpe de Estado.
Hasta la saciedad se ha demostrado, y así lo han reconocido organismos multilaterales como la UNASUR, que las falsas acusaciones que sustentan esta farsa no tienen fundamento. Con la complicidad de un sector del poder judicial, senadores y congresistas han seguido adelante. Estos senadores y congresistas, irónicamente, en su gran mayoría sí están acusados ante estrados judiciales por actos de corrupción.
La única razón que está detrás es la de parar el proceso de transformación y reforma que poco a poco va cambiando el panoramos social de Brasil. Es un ataque de las oligarquías corruptas en contra de las grandes mayorías populares que han encontrado en los gobiernos del PT una esperanza y una realidad para mejorar sus paupérrimas condiciones de vida producto de las políticas neoliberales que les antecedieron.
Al pueblo brasileño que sabemos saldrá a la calle a defender la democracia y las conquistas obtenidas les expresamos nuestro apoyo solidario. Al PT, a Dilma y a Lula, compañeros de lucha en contra de la barbarie neoliberal, nuestra garantía de que estaremos a su lado y no cejaremos en desplegar todos los esfuerzos necesarios para derrotar a los golpistas.
San José de Costa Rica, 12 de mayo 2016