SEGUIMOS DE PIE, UN TRIUNFO DEL MOVIMIENTO PATRIOTICO
José Merino del Río, diputado Partido Frente Amplio
En medio de tanta corrupción, tanto fraude y bastantes reveses, una victoria de la lucha inclaudicable por la dignidad y el bien común. Como dicen las madres y las abuelas argentinas de Plaza de Mayo “la única causa que se pierde es la que se abandona”. La indecorosa salida de Dobles del Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones– vaya combo–, no es hija sólo de la escandalosa y corrupta concesión minera a los parientes del ex ministro, hunde sus raíces en la empecinada y lúcida resistencia de lo más avanzado y honesto de nuestro pueblo que se enfrentó–y sigue resistiendo–en Sardinal, Crucitas, Barva, Ostional, Puerto Soley, Osa y un largo etcétera de agresiones, a las políticas de guerra a la naturaleza y a los derechos humanos de la cleptocracia neoliberal.
Roberto Dobles, protegido y mimado por el gobierno de los Arias, operador político privilegiado de las cúpulas político-empresariales para los negocios derivados de la privatización de los recursos naturales, de los mercados de la energía y de las telecomunicaciones, ha caído de su pedestal que creía invulnerable e inmune, por la persistente denuncia y presión popular, por eso hay que celebrarlo. No celebramos la defenestración de una persona, eso sería una insignificancia, sino la derrota de una política éticamente inaceptable, en contra de los intereses y derechos de las mayorías, naturaleza incluída. Dobles es sólo una parte del engranaje neoliberal, que pretende devorar en el altar de la codicia las garantías ambientales y sociales del pueblo de Costa Rica, por eso la lucha continúa, pero con una mayor conciencia y confianza de nuestras fuerzas cívicas y morales.
No crean que ha sido fácil para Oscar Arias prescindir de Roberto Dobles. El jercarca del MINAET era una pieza clave en el festín de concesiones y de comisiones relacionadas con el agua, la minería, la energía, las telecomunicaciones, la zona marítimo-terrestre, los pasteles más apetecidos del TLC y las interminables leyes de “implementación”.
Veremos con quién pretenden sustituirle, pero ya saben que estamos en vigilia permanente.
Vivimos una situación excepcional, cargada de enormes amenazas, pero también sembrada de esperanzas posibles y necesarias. Dobles era el niño mimado y de entera confianza de este gobierno en los asuntos tan sensibles, y rentables, arriba mencionados. Ha caído finalmente. También podemos derrotar otras políticas y a otros personajes si seguimos luchando, resistiendo, levantando las alternativas por otra Costa Rica posible. Hemos dicho que la crisis no sólo es financiera y económica, también es una crisis ambiental, energética, alimentaria, pero sobre todo es una crisis moral, una crisis de civilización, un asalto al bien común de las élites del capitalismo salvaje que no conoce límites a la codicia, al egoísmo, al afán de lucro por encima de todas las cosas.
Saludo con emoción a las mujeres y hombres que en Sardinal y en Las Crucitas, para citar a dos símbolos de la lucha patriótica, se enfrentaron a Dobles y a lo que representa. Seguimos de pie, Costa Rica no caerá en manos de explotadores del ser humano ni depredadores de la naturaleza, tampoco de los traidores de la soberanía nacional.