No se puede festejar que más de 18 mil familias vayan a caer en estado de pobreza, yo no podría celebrar que exista una sola persona más pobre en este país, ni en ningún otro sitio, siento que estaría traicionando la educación que me dió mi familia y al Estado Social de Derecho que me dio educación pública, y al que le debo haber tenido tres comidas diarias desde niño.
Hoy, muchas y muchos celebran esto, como si sólo fuera frívolos números y no bombas de tiempos que hace rato nos vienen explotando en la cara, por más que se alcen los muros alrededor de las fiestas de negro, el festival gastronómico y la exposición de plantas pequeñas. Nos gusten o no.
La Costa Rica violenta y desigual; la de las personas en condición de calle; la de los pueblos abandonados sistemáticamente, a los que les tiraron de salvavidas una piña contaminada; la del subempleo, la del no salario mínimo; esa Costa Rica que nos ofende con su “ramechekismo”, pero también con un 8% de evasión, hoy se fortalece.
Esos cientos miles de nuevos pobres, y de nuevas “pobras”, no tendrán ni siquiera la certeza de que el Estado (Benefactor, paternal, alcahueta, insensato, póngale cualquier nombre) pueda echarle una mano, la regla fiscal, capítulo poco mencionado en este debate, maniatará a las instituciones y sus programas de ayuda y prevención, la regla fiscal las podrá encoger y achicar. Claro, “Porque el pobre es pobre porque quiere!”
Con este fallo la Sala IV nos recordó qué tan política es, a quiénes celebraban “el fin de las ideologías” y principios de “las caravanas de la alegría”, les quedará como tarea revisar lo cargado ideológicamente que es este fallo. Por sobre la división de poderes y por sobre la propia Constitución de la República. Facultar a sólo 29 votos en la Asamblea Legislativa para hacer y deshacer sobre el Estado Social de Derecho es un carísimo cheque en blanco, un peligroso portillo, es licencia para matar, hoy y en el futuro.
El debate alrededor del combo fiscal y las jornadas de huelga nos ha servido como una cruda radiografía del país en el que estamos de cara al publicitado bicentenario. También nos deberá de servir para juntar las fuerzas y la inteligencia necesaria para luchar contra la privatización de la CAJA, la venta del ICE, la defensa de la Reforma Procesal Laboral, el fortalecimiento de la banca del desarrollo y la soberanía alimentaria.
“Corren buenos tiempos, buenos tiempos preferentemente, para los de toda la vida, para los mismos de siempre”. Nos cantaba Serrat. Y es que este Gobierno, el de las puestas en escena, así lo quiso y así lo hizo, desconoció a cientos de miles en las calles, desconoce a una mayoría de costarricenses que se opone a esta combo fiscal, seguramente desconocerán a los nuevos cientos de miles pobres. Hoy, el PAC celebra abrazados y felicitados junto con lo que juraron derrotar, seguramente entonces los derrotados son ellos.