POR GERARDO VARGAS VARELA *
En su editorial “Una robusta trilogía” (23/09/2914), La Nación me alude directamente para afirmar, de manera equivocada, que una moción mía, presentada en la Subcomisión de Hacendarios, busca “destruir un ejemplar trabajo de 30 años”, realizado por la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde).
Nada más alejado del espíritu de mi moción. Como sabe este diario, actualmente en la Asamblea Legislativa nos encontramos estudiando el presupuesto presentado por el Gobierno para el año 2015. Y, ante la apretada situación financiera que afecta al Estado, la fracción del Frente Amplio trabaja de manera diligente y responsable por eliminar, reducir o redireccionar los gastos innecesarios, mal planteados o indebidos.
Este estudio nos llevó a conocer que, para el 2015, el Comex plantea transferir ¢1.050 millones de dinero público a Cinde, que es una institución privada, para sus gastos operativos. Y se trata de una partida que se generará con deuda interna. Es decir, que todos los costarricenses pagaremos con nuestro dinero a una entidad privada cuyo personal, muy seguramente, gozará de salarios y otros gastos privilegiados en comparación con los de la Administración Pública. En el Frente Amplio coincidimos en reconocer el trabajo que Cinde viene realizando, como dice La Nación , “durante las últimas décadas”, para atraer inversión extranjera que genere empleo, y creemos que debe seguir haciendo este trabajo. Pero fue apenas el año pasado cuando el Gobierno saliente de la presidenta, Laura Chinchilla, incluyó una transferencia de ¢1.515 millones para Cinde. Esto solo demuestra que, durante todas esas décadas, Cinde hizo su trabajo con sus propios fondos, como debe hacerlo cualquier entidad privada.
Por cierto que aquella primera transferencia dejó con los ojos abiertos a la Contraloría General de la República (CGR), pues en su Informe Técnico sobre el Proyecto de Ley de Presupuesto de la República 2014 alertó: “El mayor crecimiento se da en el presupuesto de Comex (51% real más que en agosto del 2013), por la inclusión –por primera vez– de ¢1.515 millones para la Coalición de Iniciativas para el Desarrollo, Cinde, para gastos operativos de dicha entidad. Además, en la partida de remuneraciones se observa un incremento importante, por la creación de 6 plazas para conformar una delegación permanente que represente el país en la Oficina de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, OCDE. A modo de comparación, el MEP, que es el título con mayor planilla de todo el Gobierno Central, presenta una variación real de 3,5%, en las remuneraciones, con un incremento de 3.467 plazas” (pág. 23).
Y, encima, en su último informe sobre la ejecución de los presupuestos públicos al primer semestre del 2014, la Contraloría afirma que “el Comex es uno de los títulos con más baja ejecución, con ¢2.731 millones, 34% del presupuesto”, y que, en parte, esto “se debe a montos sin ejecutar por el convenio Comex-Procomer-Cinde, pues los recursos se transfieren contra presentación de proyectos por parte de Cinde” (pág. 42).
Debe quedar claro, pues, que nosotros no estamos planteando dejar al Comex sin el financiamiento necesario para atraer nuevas inversiones a las zonas de menor desarrollo de nuestro país, como también ha informado este diario, pero sí creemos que los fondos que se pretenden girar a Cinde deben destinarse al Comex o a Procomer, que son las entidades públicas que todos los costarricenses pagamos para hacer ese trabajo. Y, por supuesto, Cinde puede seguir colaborando en esa labor, desde el ámbito privado, como lo hizo todos estos años.
Finalmente, el editorial en cuestión acusa al Frente Amplio de “acartonamientos ideológicos que decía haber superado”. Una cosa es actuar por ideología y otra por responsabilidad y para evitar abusos y conflictos de interés. Nosotros reiteramos que estamos a favor de atraer inversión extranjera que cree empleos decentes, bien pagados, y que cumpla con nuestras leyes y normativas. Pero no estamos de acuerdo con crearle nuevas necesidades al Estado, cuando ya existen las instituciones públicas para cumplir las tareas respectivas y lo que se debe hacer es fortalecer a esas entidades y programas públicos. En todo caso, lo importante es que se ha abierto un debate sobre el que hay mucho que decir, como lo haremos en los próximos días en la Asamblea Legislativa.
* Diputado y Jefe de la Fracción Parlamentaria del Frente Amplio, artículo publicado en el periódico La Nación, del 30 de Setiembre de 2014.