El sobrino de los Arias en el Vaticano

DIOS LOS CRIA Y ELLOS SE JUNTAN

La presidenta Chinchilla y su gobierno dan otra bofetada a la decencia democrática, al ratificar al pariente de los Arias y coautor del memorándum del terror y del miedo como embajador de Costa Rica ante el Vaticano y la FAO.

El ex diputado Fernando Sánchez, careció del mínimo sentido del pudor y de la vergüenza para renunciar a su curul, después de conocerse su protagonismo en la concepción y redacción de la estrategia aplicada por el poder político, económico y mediático contra el pueblo costarricense en el referéndum sobre el TLC. El entonces vicepresidente Kevin Casas, fue obligado a renunciar por los Arias para salvar las apariencias sobre un acto criminal en el que ellos mismos estaban directamente implicados. Pero movieron todas sus influencias para que su sobrino Sánchez se mantuviera, contra viento y marea, en la curul diputadil hasta el final.

En una democracia digna de ese nombre y que funcione, Casas y Sánchez, y sus jefes más directos, Oscar y Rodrigo Arias Sánchez, hubieran sido destituidos e inhabilitados a perpetuidad, por la comisión de los actos delictivos contemplados en el memorándum que conmocionó a la Costa Rica democrática y decente de verdad, por la incitación–cumplida en los hechos– a cometer todo tipo de fechorías contra los opositores al TLC.

Lamentablemente la memoria es muy corta. Sería muy recomendable que todos los y las costarricenses leyeramos con cierta frecuencia el infame memorándum, para saber cómo gobiernan las mafias que están en el poder, para no olvidar, porque los crímenes contra la democracia no prescriben y porque son métodos de guerra de baja intensidad y de terror sicológico que se siguen aplicando contra los opositores a este sistema de dominación y explotación.

La presidenta Chichilla que ha solicitado la bendición de la Conferencia Episcopal y que se autodenomina “creyente de comunión diaria”, debería hacer algún honor a sus creencias y por lo menos abstenerse de nombrar, nada más y nada menos que en el Vaticano, a una persona que desconoce la mínima ética democrática y que desde los mismos principios cristianos tuvo un comportamiento inmoral con el pueblo de Costa Rica.

Seguramente, como reza el dicho popular: “Dios los cría y ellos se juntan”, Laura Chinchilla como ex vicepresidenta de la administración Arias, se sabe también corresponsable de ese memorándum, Sánchez es uno de los suyos, carece de autoridad moral y de voluntad política para oponerse a un nombramiento que se inscribe en la lista de la vergüenza de quienes ocupan responsabilidades públicas, a pesar de su comprobado curriculum de actos corruptos y criminales en contra de la democracia y del pueblo de Costa Rica.

Desde el Frente Amplio deploramos este nombramiento. Constituye otra bofetada a la decencia pública. Si vergonzosa es la acción del gobierno, no menos lamentable es el silencio de la jerarquía de la Conferencia Episcopal, que ni siquiera se ha dignado a atender las peticiones hechas por diversos sectores ciudadanos para que se pronuncie sobre este ignominioso nombramiento.
Se confirma también, una vez más, que en nuestro país la diplomacia no tiene ningún sentido republicano de servicio público calificado, sino continía siendo una piñata que reparte el poder político a fieles correligionarios y a desvergonzados funcionarios que deberían estar ante los tribunales de justicia y no representando al país ni el Vaticano ni en ningún estado de la comunidad internacional.

Comité Ejecutivo Nacional
Partido Frente Amplio