En defensa de los Colegios Virtuales Marco Tulio Salazar

En el año 2001 el Consejo Superior de Educación creo el Programa conocido como Nuevas Oportunidades, enfocado a brindar oportunidades de estudio a personas entre los 15 a 19 años que por diversos de exclusión económica, social y familiar carecían de la posibilidad de incorporarse o mantenerse en la educación académica diurna o nocturna. El éxito del programa permitió que en 2010 evolucionara al Colegio Nacional Virtual Marco Tulio Salazar, con una propuesta muy avanzada de crear un sistema de estudio mixto que combinara la presencialidad con mecanismos virtuales y educación a distancia. 

Durante sus años de existencia, los Colegios Virtuales Marco Tulio Salazar han sido claves en la superación de decenas de miles de estudiantes en todo el país, que no poseían otras alternativas para el estudio. Actualmente cuentan con 79 sedes, distribuidas en 25 del 27 Direcciones Regionales de Costa Rica. Cuentan con una matrícula de más de 16 mil estudiantes y en ellos laboran 1259 personas entre docentes, administrativos, conserjes y personas cocineras. Estos colegios se ubican en su mayoría en zonas de exclusión social, atendiendo a poblaciones vulnerables que buscan en la educación, una herramienta de superación personal y desarrollo comunitario.

A pesar de ello, en febrero del 2020, tras un escueto y tendencioso informe, el Consejo Superior de Educación, a espaldas de las comunidades educativas, sin consultar a ningún participante de esos procesos, decide el cierre técnico de la modalidad. Los argumentos muestran una clara intención: cerrar los Marco Tulios, extrapolando problemas específicos de algunas sedes y alegando la poca operatividad en algunas de sus áreas. No señala el Consejo Superior de Educación, que la gran mayoría de los problemas del sistema no son por su estructura, sino por el poco respaldo de ese órgano y del Ministerio de Educación Pública. 

Resulta en extremo contradictorio que el Consejo Superior de Educación decida cerrar una modalidad que precisamente tiene como su método de trabajo la combinación de la virtualidad y la presencialidad, escenario al que apunta en el corto y mediano plazo la realidad de todo el sistema educativo costarricense. Los Marco Tulio son el principal ejemplo de como puede funcionar la nueva normalidad educativa del país; si el MEP y el Consejo quisieran, y parece que no quieren. Parece que para ambos pesa mas dar un nuevo golpe a la diversidad de oferta del sistema educativo, diversidad que atiende a una población igualmente amplia. Se ponen ambos en la trinchera de cerrar y recortar acusando de inoperante a un sistema al que ellos mismos no le han suministrado todas las herramientas.

El cierre de los Marco Tulio sería un paso más en el camino de una educación bajo la lógica productivista y sometida a los criterios estandarizados de organizaciones como la OCDE, sin considerar las poblaciones que atienden y el impacto social positivo que generan. De paso, el trabajo de muchas personas docentes y otras áreas se vería gravemente afectado, en un contexto nacional de por si ya grave por la situación del CoVid-19. Entre tanto, el CSE se apresura a decretar el cierre técnico de los Marco Tulio sin tener realmente definidas las alternativas para estudiantes, sin que existan estudios serios de su factibilidad, en un proceso abrupto, inconsulto, encerrado entre cuatro paredes y antidemocrático. 

Por la educación pública de calidad, por las personas jóvenes que quieren una segunda oportunidad, por el desarrollo de las comunidades marginadas y excluidas, por un modelo novedoso de educación virtual, y por los derechos labores de muchas personas trabajadoras, es hora de defender los Colegios Virtuales Marco Tulio Salazar. 

  • Alejandro Chacón. Profesor de secundaria, de Estudios Sociales.