Palabras de Eugenio Trejos en la Sesión Ordinaria Consejo Institucional
Compañeras y compañeros:
Hace dos años asumí la Rectoría del Instituto Tecnológico, por segunda vez consecutiva, con el apoyo de un número significativo de personas pertenecientes a la comunidad institucional. Hemos logrado, en este período, conformar un valiosísimo equipo de trabajo, cuyos frutos y logros son evidentes. Hemos avanzado en prácticamente todos los ámbitos de la vida institucional, aunque hay necesidades e insuficiencias que nos siguen desafiando.
Durante todos estos años, he tratado de cumplir fielmente con el juramento que hice cuando asumí el cargo y he dado lo mejor de mí en la gestión rectora del Instituto. Al mismo tiempo, he tratado de que el ITCR sea fiel a su vocación de ser -por su naturaleza de universidad pública- conciencia lúcida de la sociedad y de la Patria.
En este esfuerzo y desde ese enfoque nos involucramos, como Institución y en lo personal, en la lucha patriótica contra el Tratado de Libre Comercio. Tal involucramiento me llevó, además, a conocer aún más de cerca las necesidades, aspiraciones y potencialidades del pueblo organizado en movimientos, en partidos políticos, en comités patrióticos, en grupos y asociaciones, en sindicatos e iglesias.
Simultáneamente, algunos sectores dentro del TEC comenzaron a presionar para que me apartara de los movimientos sociales y fuera un Rector “de puertas adentro”. Debido a que mi participación con los movimientos sociales la hacía en el ejercicio de un derecho ciudadano, jamás permití que tales presiones debilitaran mi compromiso de servicio a las luchas patrióticas antes, durante y después del Referendum sobre el TLC.
En los últimos meses, el acompañamiento al movimiento social ha estado marcado por un gran esfuerzo de mi parte para forjar una coalición política que aumente las probabilidades de triunfo electoral del pueblo costarricense, contra las intenciones de los sectores política, mediática y económicamente más poderosos del país, hoy representados por el Gobierno de los hermanos Arias. Este enorme esfuerzo ha tenido dificultades también enormes, aunque compensadas por la generosidad y la disposición de algunos partidos minoritarios a coaligarse. No obstante, dada la necesidad de acelerar el proceso de unidad y de coalición ante el paso inexorable de días, semanas y meses, decidí aceptar la oferta del Partido Frente Amplio de postularme como su candidato presidencial en el marco de una eventual coalición.
Esto ha exacerbado las tensiones a lo interno de nuestra comunidad institucional. No parece que en este momento haya en el ITCR la madurez suficiente para entender y apoyar mis esfuerzos de unidad, de formar una coalición política electoral con vocación de triunfo, ni de llevar hasta las últimas consecuencias el significado de ser “conciencia lúcida de la Patria.”
Hice un juramento y en reiteradas ocasiones afirmé mi decisión de terminar mi gestión como Rector en junio del 2011. Siempre lo hice con la sinceridad y la transparencia que me caracterizan. Pero con esa misma sinceridad y transparencia debo decir que si tengo un deber para con la Institución, también lo tengo, y de rango superior, ante Dios y ante mi propia conciencia, con los miles y miles de costarricenses que pusieron su corazón al servicio de la justicia, de la soberanía, de la solidaridad, de la construcción de un país inclusivo y solidario. Este deber solo se cumple en la acción política directa, en la participación ciudadana activa, consciente y organizada. La coyuntura pre-electoral que vivimos exige que tal acción se realice con la mediación de partidos políticos, que son quienes pueden coaligarse y alcanzar la necesaria unidad de las fuerzas sociales.
Estoy convencido de que no existe incompatibilidad legal ni moral entre el ser Rector del Instituto Tecnológico y mi participación político- electoral. Lamentablemente, todo apunta a que la mayoría de quienes integran la comunidad institucional, o al menos de quienes ocupan puestos de dirección e influencia, discrepan de esta convicción. De esto resulta que, de seguir yo empeñado en ejercer ambos derechos: el de ciudadano participante en política electoral y el de Rector electo democráticamente mediante una Asamblea legítima, generaría mayores fisuras, tensiones y polarizaciones a lo interno del TEC y frenaría el creciente desarrollo institucional que hemos alcanzado en los últimos años. Quiero demasiado al Tecnológico, al que le he dado casi treinta años de mi vida, para llevarlo a una situación así.
Para evitar todo eso es que he decidido presentar mi renuncia al cargo de Rector, la cual se hará efectiva a partir del la fecha de juramentación del nuevo Rector, de conformidad con el Calendario establecido al efecto por el Tribunal Institucional Electoral. A partir del 01 de setiembre me acojo al derecho de disfrutar las vacaciones acumuladas. Durante la transición entre la fecha de esta carta y el 01 de septiembre del año en curso, dedicaré todo mi esfuerzo a dejar resueltos varios asuntos estratégicos institucionales, tales como la culminación de las negociaciones del nuevo FEES, en el marco del Consejo Nacional de Rectores -CONARE-.
Una vez más agradezco la confianza que la comunidad institucional depositó en mí al elegirme y reelegirme como Rector, a mis cercanos colaboradores del Consejo de Rectoría, Vicerrectoras y Vicerrectores, Directoras y Directores; a quienes integran el Consejo Institucional y a todo el personal de apoyo de Rectoría, del citado Consejo Institucional y de las Oficinas adscritas a la Rectoría. Hago énfasis en que ni el Consejo de Rectoría ni otras funcionarias y funcionarios, cercanos colaboradores del Rector, se involucraron en mis decisiones ni acciones en el ámbito político, sino que se apegaron estrictamente al cumplimiento de sus deberes y obligaciones dentro del ITCR y en función del ITCR. A todas y todos mi gratitud y reconocimiento.
Eugenio Trejos Benavides, 23 de julio, 2009.