III Congreso Ideológico, resultados de encuentros sectoriales: Mujeres

-III Congreso Ideológico de Partido Frente Amplio: “Construyendo Esperanza”

UN FRENTE AMPLIO PARA COMBATIR AL SISTEMA PATRIARCAL

Desde su fundación, el Frente Amplio asumió el feminismo como uno de sus principios político-ideológicos. Esto implica un reto constante y cotidiano por desmontar conscientemente las estructuras de poder patriarcal tanto a lo interno del partido como en la sociedad costarricense como tal, combatiendo desde diversas trincheras las bases de ese poder opresor.

A nivel nacional, el partido se ha caracterizado por una acción legislativa consecuente con ese principio, en la que se han presentado y apoyado importantes proyectos de ley para velar por los derechos económicos, sexuales y reproductivos de las mujeres, entre otros, así como por una presencia y compromiso constante en las principales luchas del movimiento feminista a nivel nacional. No obstante, estos esfuerzos deben profundizarse.

Actualmente, el Frente Amplio asumió un compromiso con todas las mujeres costarricenses a través de la compañera Patricia Mora Castellanos, quien desde mayo del 2018 funge como jerarca del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), desde donde ha realizado una ejemplar labor para con las mujeres más vulnerabilizadas por este sistema capitalista, patriarcal y neo colonial. Sin duda alguna, uno de los principales retos que tenemos en esta coyuntura es acompañar como partido la labor de Patricia, impulsando las demandas más urgentes del movimiento feminista y de mujeres a nivel nacional desde diversos espacios.

Los derechos de las mujeres han sido un campo de disputa en diferentes momentos de la historia, y hoy nuevamente los poderes conservadores lanzan una ofensiva contra los derechos que gracias a luchas recientes se han logrado conquistar. Las elecciones presidenciales en el 2018 fueron un campo de batalla en ese sentido.

El Frente Amplio reitera su compromiso de levantar las banderas del movimiento de mujeres y feminista para luchar contra los afanes regresivos conservadores y más bien profundizar los derechos ya adquiridos, así como seguir luchando por las reivindicaciones aún pendientes.

UN BREVE BALANCE DE LA SITUACIÓN DE LAS MUJERES A NIVEL NACIONAL

El modelo de exclusión y desigualdad que se ha implementado en las últimas tres décadas en toda la región latinoamericana y a nivel nacional, ha impactado con mucha más dureza en las mujeres que en los hombres, dado que se cruzan las desigualdades económicas propias del modelo neoliberal, con las desigualdades que genera el modelo patriarcal de sociedad. Es por esto que, en toda América Latina y Costa Rica, la pobreza tiene rostro femenino.

Según datos recientes del INEC (2015), un 43,5% de los hogares en condición de pobreza son jefeados por una mujer, usualmente madre soltera, que, dada la desigualdad existente en la remuneración según el sexo de las personas, suele percibir un ingreso mucho menor que su contraparte masculina, lo cual le genera muchas más dificultades a la hora de sostener a una familia con su ingreso. Esta dificultad aumenta si se es mujer en la ruralidad del país, donde ya de por sí el ingreso por hogar es 41,5% menor en comparación con la zona urbana. (INEC, 2018).

Las desigualdades en el acceso al trabajo saltan igualmente a la vista, ya que el desempleo es actualmente mayor en mujeres (14,5%) que en hombres (10%). Igualmente, un 12,7% de las mujeres trabajan en condiciones de subempleo, el doble que los varones (6,7%). (INEC, 2018)

Es por esto, que el dogma neoliberal de austeridad y recorte del gasto público golpea también con mucha más fuerza a las mujeres que a los hombres. En los hogares más pobres del país, ubicados en el I Quintil, donde hay un mayor porcentaje jefeado por mujeres en comparación con otros quintiles, los ingresos provenientes de subsidios estatales y becas representan la quinta parte del total de sus ingresos, por lo que el recorte al gasto público que lleva adelante la actual administración Alvarado Quesada, sin duda alguna tendrá un mayor impacto en las mujeres en condición de pobreza y sus familias.

Es por esto, que como señaló el INAMU (2018) cuando recomendó no aprobar el actual Plan Fiscal, tanto el gasto social como los recortes en el mismo deben indudablemente analizarse con perspectiva de género, en tanto son mecanismos para disminuir o aumentar las brechas existentes.

Asimismo, esta institución advirtió sobre el impacto diferenciado que tendrá la aplicación del IVA para las mujeres, quienes gastan un mayor porcentaje de sus ingresos en comparación con los varones en artículos de consumo diario, y artículos indispensables de higiene y salud femeninas no están exonerados dentro de la canasta básica. Es de suponer, que además el aumento generalizado en el costo de vida como consecuencia de la aplicación del IVA repercutirá con más fuerza en los hogares en condición de pobreza liderados por mujeres.

De esta manera, el rumbo del modelo neoliberal, y las decisiones que en materia económica y social han tomado las últimas administraciones del PLN, PUSC y PAC, han contribuido sin duda alguna a profundizar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres en el país.

Por otro lado, la violencia contra las mujeres se presenta como un flagelo a nivel nacional que va en aumento, y donde nuevamente es aún más intenso en las zonas rurales del país. En esta materia es fundamental luchar por exigir mayores recursos estatales tanto para políticas preventivas como para la lucha directa contra las acciones de violencia hacia las mujeres, lo cual se pone cuesta arriba con las políticas de austeridad y regla fiscal que promueve la actual administración, tal como lo ha denunciado el INAMU (2018).

En cuanto al movimiento feminista y de mujeres, sin duda alguna ha crecido cualitativa y cuantitativamente en los últimos años, y es un reto para el Frente Amplio poder participar de manera más proactiva dentro de estos espacios, manteniendo siempre el respeto que ha caracterizado las relaciones del partido con los movimientos feministas, a partir del entendimiento de sus lógicas y características propias. Como partido, es importante además acompañar y defender la participación de las mujeres trans en estos espacios, en respeto a su identidad sexual y de género.

Las movilizaciones del 8 de marzo son cada año más numerosas, creativas y diversas, por lo que el partido debe “formalizar” un dispositivo organizativo similar al del 1 de mayo que logre preparar con tiempo una participación seria y llamativa del FA dentro de esa conmemoración.

Las luchas por los derechos sexuales y reproductivos, son las que más han repuntado dentro de este movimiento, vinculadas también a luchas que se están dando simultáneamente en diversos países de la región latinoamericana, como la lucha por el aborto legal, un eje fundamental dentro del derecho de las mujeres a sus propios cuerpos.

A nivel nacional, la principal reivindicación en este sentido es la lucha por lograr la firma de la norma técnica para la aplicación del aborto terapéutico en los centros de salud del país, que, si bien fue un compromiso del presidente Alvarado durante su campaña, en la práctica lo ha utilizado como botín y moneda de cambio en negociaciones sobre otros temas de la agenda nacional. Es por esto, que debemos como partido presionar por el cumplimiento de este compromiso para con las mujeres costarricenses, y acompañar los esfuerzos que desde el INAMU realiza la compañera Patricia Mora en este sentido.

De la mano con esta lucha, es necesario seguir luchando por una política de educación sexual laica, que llegue a la mayoría de las mujeres y permita que se empoderen sobre sus propios cuerpos. Como hemos visto en los últimos meses, esto se ha vuelto un eje de disputa para los sectores conservadores, que han movilizado en contra de una educación sexual laica y estatal. Como partido debemos defender el derecho de la niñez y adolescencia a acceder a esta formación en escuelas y colegios, que puede ayudar a combatir la problemática social del embarazo en niñas y adolescentes, muchas veces fruto de relaciones impropias. En las zonas rurales del país, así como de bajos recursos, es importante elaborar una estrategia para generar apoyos y aceptación a este tema desmitificando y desmontando tabúes, enfocando la sexualidad integralmente, desde lo emocional y afectivo.

La prostitución infantil, tráfico de personas, relaciones impropias, violaciones e incesto, que son parte de la realidad de muchos hogares costarricenses, pueden combatirse desde el ámbito educativo y cultural empoderando a niños y niñas sobre su propia sexualidad.

Por otro lado, es muy importante acompañar otras luchas protagonizadas por mujeres que gozan de una menor visibilidad y acompañamiento, principalmente porque se desarrollan desde la ruralidad o entre mujeres con una condición socioeconómica más vulnerable.

En este sentido, las luchas de las mujeres por el agua, el acceso a la tierra, a proyectos productivos y semillas, son fundamentales, y podemos aportar en muchos sentidos, desde la participación hasta la divulgación de las mismas. Muchas compañeras dirigentes del partido en zonas rurales del país destacan en estas temáticas.

Es fundamental además luchar por empleo digno e igualdad en el pago para las mujeres, ya que el empleo precario y la desigualdad salarial están en la base de la pobreza en la que viven miles de mujeres y sus familias a nivel nacional. Los derechos económicos también tienen rostro de mujer. Asimismo, hay actualmente importantes luchas por que los centros de trabajo cumplan con condiciones mínimas como salas de lactancia, para que la maternidad deje de representar un obstáculo o limitación para el desarrollo laboral y profesional de las mujeres, así como la ampliación de redes de cuido estatales que faciliten a las mujeres que no pueden recurrir al cuido privado de sus hijos e hijas su incorporación al mundo laboral.

El enfoque del “emprendedurismo”, individualiza y privatiza una problemática que es social, y que como tal requiere respuestas y apoyos colectivos, por lo que es más adecuado un enfoque cooperativo desde el Frente Amplio como propuesta productiva para las mujeres, trabajando a partir de redes de solidaridad, existentes o nuevas, de mujeres en las comunidades y territorios.

En cuanto a la participación política de las mujeres, a nivel nacional el Frente Amplio ha destacado como partido político en el avance de políticas afirmativas como la paridad horizontal y vertical, gracias a las luchas que desde adentro han dado las compañeras frenteamplistas por democratizar nuestra estructura. Es importante acompañar a las compañeras que en sus organizaciones sociales aún están dando estas importantes luchas, que suelen llevar consigo un gran costo emocional. Hay sectores de organizaciones sociales que aún reproducen una forma tradicional de ejercer el poder patriarcal, desde liderazgos masculinos hegemónicos, que no dan pie a la participación de excelentes compañeras que sin duda alguna se encuentran en las bases de las organizaciones. Es importante como FA levantar la bandera de la paridad y la participación política de las mujeres en todo el movimiento social y popular.

Desde esta manera, es fundamental luchar por una agenda amplia e integral desde las mujeres, que incluya sus derechos sexuales y reproductivos, económicos, políticos, culturales, etc., y combatir al sistema actual de opresión desde sus múltiples dominaciones: el capitalismo, el patriarcado y el neo colonialismo, teniendo presente que se refuerzan y sostienen unas a otras, como una sola trenza del poder. 

LAS MUJERES A LO INTERNO DEL FRENTE AMPLIO, SU ORGANIZACIÓN Y ESTRATEGIAS PARA IMPULSARLA.

En su II Congreso Ideológico, el Frente Amplio aprobó la paridad horizontal en sus estructuras internas territoriales, desde el ámbito cantonal hasta el nacional, así como la paridad horizontal y vertical en sus listas de diputaciones. Sin duda alguna, esto ha contribuido a visibilizar y empoderar en los últimos años a lideresas frenteamplistas en todo el territorio nacional, no sin generar en muchos casos reacciones adversas por parte de liderazgos masculinos tradicionales que pueden haber sentido el avance de las mujeres a lo interno del partido como un retroceso propio.

Un nuevo reto en este sentido lo vive al partido de cara a las elecciones municipales 2020, donde por primera vez aplicaremos la paridad horizontal y vertical en nuestras listas municipales. Si bien en este primer proceso estamos en una situación de adaptación a esta nueva medida, esperamos que a mediano y largo plazo esta medida contribuya a darle su lugar a todas esas mujeres que encabezan las principales luchas desde los barrios y comunidades, pero que no son las que encabezan las listas a alcaldías, regidurías o sindicaturas. El Frente Amplio debe decirles que en esta casa común tienen un lugar en las primeras filas.

De igual manera, producto del II Congreso se le dio participación a la Secretaría de las Mujeres en la Comisión Política y Asamblea Nacional del partido, donde ha cumplido manteniendo una presencia constante y brindado criterio sobre diversas temáticas internas y nacionales.

Así, si bien en los últimos cinco años hemos avanzado en medidas afirmativas internas, es necesario asumir un trabajo cultural, pedagógico y político que acompañe estas medidas, para volver nuestra organización menos hostil hacia la participación de las mujeres en puestos de toma decisión interna y en puestos de representación popular. Tenemos que reconocer que somos herederos y herederas de una izquierda que se organizó como fuerza política en 1931, manteniendo una destacada participación a nivel parlamentario desde sus primeros años, y que no fue hasta el 2014-2018 que por primera vez llevó a dos mujeres parlamentarias a la Asamblea Legislativa (una de ellas por la renuncia del diputado que iba en primer lugar).

Así, el proceso interno que hemos vivido para llevar a estas compañeras y otras más a puestos de elección popular, así como a puestos de dirección política interna, ha generado tensiones y resistencias que debemos abordar asertiva y pedagógicamente, pero sin tolerar manifestación alguna de violencia política contra las mujeres. 

En nuestros espacios internos debe prevalecer la sana convivencia entre hombres y mujeres, sin que las compañeras tengan que vivir a lo interno del partido lo que ya de por si se vive en cada espacio de esta sociedad: violencia, acoso y hostigamiento sexual. En este sentido, el Frente Amplio se compromete a trabajar y velar por mantener sus espacios libres de violencia política y violencia sexual contra las mujeres.

Asimismo, el Frente Amplio reafirma el compromiso que adquirió en su segundo congreso, de habilitar espacios y estrategias de cuido para niños y niñas en sus actividades, de manera que el cuido sea una actividad social y no individual, recargada únicamente en las mujeres. De esta manera, reivindicamos que el cuido no puede seguir siendo un obstáculo para la plena participación política de las mujeres.

Por otro lado, el Frente Amplio se compromete a desarrollar una estrategia de formación política integral de lideresas, de manera que las compañeras tengan más y mejores herramientas para la participación política desde diversos espacios. Hablamos de una formación que incluya nuestros principios político-ideológicos, pero que vaya más allá, y genere confianza y empoderamiento en las compañeras para asumir cargos internos, comunales y nacionales.

Hacer política desde las mujeres, incluye pensar no solo en espacios formales de participación, sino también informales, que trabajen las subjetividades de las personas, construyan lazos y afectividades liberadores, por eso es necesario promover espacios de encuentro más allá de las reuniones de comités cantonales, provinciales o asambleas, que sean atractivos para las compañeras de las comunidades, que permitan realizar actividades lúdicas y ocio constructivo, especialmente porque según la Encuesta de Uso del Tiempo del INEC, las mujeres utilizan muy poco de su tiempo en actividades de este tipo, a diferencia de los varones. Que el partido brinde este tipo de espacios, es en sí un acto político de igualdad.

De igual manera, es necesaria la apertura de espacios similares para la niñez y adolescencia del partido. En tanto nuestra estructura hasta la fecha ha girado más en función de criterios legales de participación político electoral, hemos descuidado enormemente a esta población, que como han demostrado en las últimas semanas, son sujetos políticos activos. Una estrategia de trabajo hacia la niñez y adolescencia es necesaria para encauzar la rebeldía y descontento de la juventud hacia el estado de cosas actual, y posicionarnos como opción a los grupos conservadores, que parecen ser los únicos que tienen las puertas abiertas a estos sectores.

Por otro lado, proponemos el trabajo alrededor de proyectos productivos, culturales, deportivos, etc., con mujeres de barrios y comunidades, para lograr un mayor vínculo con las comunidades del país, lideradas fundamentalmente por mujeres. De esta manera, al partido se vuelve un actor cotidiano y no un extraño que irrumpe cada dos años en una comunidad.

A nivel interno, proponemos que la Secretaría de las Mujeres trabaje a su vez en función de proyectos y campañas de alcance nacional, que logren construir una identidad de mujeres frenteamplistas y dar vida propia a esta participación, más allá de nuestra presencia de por sí en las actividades regulares del partido, cantonales, provinciales y nacionales.

De esta manera, es importante realizar en el mediano plazo una asamblea nacional de la Secretaría de las Mujeres que defina ejes de campañas político-pedagógicas, que respondan a su vez a la diversidad de mujeres que conviven en el FA, rurales, urbanas, profesionales, trabajadoras del hogar, jóvenes, etc.

Es necesario revitalizar a incorporar nuevas compañeras a este espacio, que nos permita mantener una presencia constante en diversos espacios, incluidas las redes sociales, con pronunciamientos y posiciones políticas como mujeres frenteamplistas sobre las diversas temáticas nacionales.

Así, el eje de participación política de as mujeres promete seguir siendo una marca distintiva del Frente Amplio dentro del espectro de partidos políticos nacionales, y corresponde en este periodo seguir sumando esfuerzos para lograr una mayor incorporación de compañeras a todas las áreas del partido, desde sus bases hasta la dirección.