Intervención del Diputado José María Villalta Flórez-Estrada, en el plenario de la Asamblea Legislativa, el día jueves 9 de diciembre de 2010, con motivo de la reelección de un Magistrado de la Sala Segunda y el “Día contra la corrupción”
DIPUTADO JOSÉ MARÍA VILLALTA FLOREZ-ESTRADA:
Compañeras y compañeros diputados, en el día contra la corrupción, que no es lo mismo que el día de la corrupción, que, lamentablemente, podría ser cualquier día en Costa Rica, hay bastantes cosas que decir, más si estamos aquí discutiendo el funcionamiento del Poder Judicial, la ratificación o no del nombramiento de un magistrado de la Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia, que, precisamente, es la Sala que ve los asuntos sociales, los asuntos laborales y de familia. Tenemos mucho que hablar. Un día de estos, en la reunión de jefes de fracción, el presidente de la Corte, don Luis Paulino Mora, nos dijo que, efectivamente, a ellos les preocupa mucho los juicios laborales, reconoció que en Costa Rica un juicio laboral tiene un promedio de duración de seis años. Yo sé que hay juicios largos en muchas materias, pero imagínense ustedes lo que es en la materia laboral, un trabajador que lo despidieron y no le pagaron las prestaciones, una trabajadora embarazada que la despidieron por estar embarazada, un dirigente sindical que lo echaron por intentar hacer una seccional en la empresa, estar hasta seis años esperando a que a se resuelva si tienen derecho o no tienen derecho a prestaciones, seis años esperando a que se diga si hay que reinstalarlos o no.
DESPIDO DE DIRIGENTES SINDICALES
Yo conozco casos de dirigentes sindicales despedidos que han tardado más de diez años en resolverles. Cuando les han resuelto en los Tribunales de Justicia, por supuesto que su derecho había sido ya totalmente negado, sencillamente la empresa que los despidió ya no existe, cerró la razón social, abrió otra sociedad con otro nombre o se fue del país y nunca se les pudo ejecutar esa sentencia. Eso pasa todos los días en Costa Rica. La materia laboral es una materia de las más sensibles y, sin embargo, la mora judicial en el Poder Judicial es de las materias más preocupantes.
Aquí tenemos en discusión un proyecto de reforma procesal laboral, que ha sido concebido para intentar agilizar los procesos judiciales, ojalá que ese proyecto ayude. Pero hay una responsabilidad en la Corte también, no puede ser que los juicios sobre derecho del trabajo tengan esta duración y se les esté denegando justicia a los sectores más vulnerables de la población, porque otros sectores con capital, con recursos, pueden esperar una sentencia varios años, perderán un poco de plata, pero los trabajadores que requieren de esas indemnizaciones para comer, ¿qué pasa con ellos?
LIBERTAD SINDICAL SOLO EN EL PAPEL
Ese es el problema, esa es la realidad de los juicios laborales en Costa Rica, y si hablamos de los reclamos para la protección de derechos, como la libertad sindical, todavía el problema es mucho mayor en este país. Conozco casos recientes de este año, trabajadores que intentaron formar un sindicato en una empresa bananera, una finca de Matina, por ejemplo, de una empresa asociada a la trasnacional del Monte, su único pecado fue constituir la seccional, la filial del sindicato Sitrap de trabajadores agrícolas y de plantaciones; le notificaron al empleador que habían constituido el sindicato, ese mismo día estaban las cartas de despido de todos, violando los convenios internacionales, violando la ley laboral de este país; fueron al Ministerio de Trabajo, un plato de babas el Ministerio de Trabajo, ya tienen la demanda laboral presentada. ¿Cuánto va a durar esa demanda laboral?, varios años. La empresa puede tener abogados retrasando el juicio varios años, mientras tanto, ¿qué van a hacer esos trabajadores? Los metieron en listas negras, porque es lo que se hace en la zona Atlántica de este país, no pueden ir a buscar trabajo en ninguna otra plantación, están despedidos a pesar de que la ley prohíbe el despido antisindical, no les pagaron sus prestaciones, ¿qué van a hacer durante todo este tiempo?
Cuando los Tribunales de Trabajo fallen este juicio, probablemente la empresa que los despidió ya cambió de nombre, ya se fue del país, no les van a poder pagar. Pero, además, ¿de qué sirve que ordenen la reinstalación cuatro o cinco años después, si el objetivo del despido era destruir la organización autónoma de los trabajadores, si el objetivo del despido era destruir el sindicato?
LA DENEGACION DE JUSTICIA ES EVIDENTE
En estos casos, el Sistema Judicial funciona tan mal y la denegación de justicia es tan evidente que cuando los tribunales resuelven ya el daño está hecho, ya se negó el derecho de organización, pasaron cuatro, cinco o seis años y se destruyó la organización de los trabajadores. Y eso a algunos aquí les parece bien, a algunos aquí en Costa Rica les parece bien hablar de libertad de comercio, de libertad de empresa, como derechos humanos, pero cuando aquí les planteamos la defensa de otras libertades no les importa.
Aquí hay algunos demócratas de pacotilla, liberales de pacotilla o no sé si serán liberticidas, como la palabra que acuñó la Ministra de Deporte, no sé si serán “liberticios”, ¿ah?, como la ministra Goyenaga, pero aquí hay algunos que defienden la libertad de empresa, la libertad de comercio, aquí hay algunos “liberticios”, pero a la hora de hablar de la libertad sindical, la libertad de los trabajadores a organizarse en las empresas privadas sin ser perseguidos, despedidos, o hablar del derecho de las trabajadoras embarazadas a que no las despidan, o hablar de los trabajadores a no ser discriminados en el empleo, como está pasando en este país.
PRACTICAS DISCRIMINATORIAS
En Sardinal, por ejemplo, están amenazando a la gente las hoteleras, todo el que sea del pueblo de Sardinal va para afuera, no importa si participó o no participó en la protesta del agua, todos los del pueblo de Sardinal van despedidos para amedrentar a la comunidad que protestó, defendiendo su derecho al agua. Eso es una práctica discriminatoria, está prohibida, pero no hay en este país mecanismos para hacer respetar ese derecho. Y los “liberticios”, como la ministra Goyenaga y otros más, se rasgan las vestiduras en Costa Rica hablando de democracia y de libertad, ¡libertad para la billeteras!, ¡libertad para los choriceros! Hoy, en el día contra la corrupción, qué no podemos hablar, de las libertades que aquí se le dan a los choriceros, pero a los trabajadores humildes, que quieren organizarse, a pesar de que es un derecho que está en la Constitución, a esos no hay ninguna libertad, a esos garrote.
Esa es la democracia que algunos quieren aquí, y de esas cosas tenemos que hablar ahora que aquí se discute el nombramiento o la ratificación de un magistrado de la Sala Segunda, porque la Corte Suprema de Justicia tiene mucha responsabilidad en esto.
Cada vez que un trabajador despedido en una empresa privada presenta un recurso de amparo para que se cumplan los convenios de la OIT, el Convenio 135, el Convenio 87, el Convenio 98, que este país ha firmado y que son tratados de derechos humanos, pero para los gobiernos valen menos que los tratados de libre comercio y cualquier tratado comercial.
VUELVEN A VER PARA OTRO LADO
Cada vez que un trabajador humilde presenta un recurso de amparo para que la Sala Constitucional los proteja, se lo rechazan ad portas, y lo mandan a la jurisdicción laboral, a pesar de que la Ley de la Sala dice que cabe el recurso de amparo contra sujetos privados cuando los remedios judiciales comunes sean insuficientes y tardíos para garantizar el derecho y, sin embargo, cuando es un asunto de libertad sindical, sistemáticamente la Sala Cuarta vuelve a ver para otro lado, el Ministerio de Trabajo vuelve a ver para el ciprés, los tribunales de justicia también, todos se hacen de la vista gorda, todos los “liberticios” de este país sencillamente ignoran esta situación, y qué bonito, vayan los trabajadores, cuatro, seis, ocho años a esperar a que se les haga justicia.
Esto tiene que cambiar, aquí hemos hablando muchas cosas que están mal en la Corte Suprema de Justicia, la viajadera, las consultorías, pero tenemos que hablar también de esto, señores de la Sala Constitucional, ¿qué pasa?, ¿qué es, que los trabajadores no tienen derechos humanos?, señores de la Sala Segunda y los tribunales de Trabajo, ¿qué pasa, por qué no pueden aplicar una medida cautelar?, cada vez que despiden a un trabajador en una bananera tiene que ir ocho años a morirse de hambre, sin trabajo, sin que nadie le dé trabajo, ¿eso no es discriminación? ¿Para eso no debería de haber un recurso eficaz, expedito, como ordenan los tratados internacionales? pero no, aquí a algunos nada más les preocupa…
(Interrupciones)
…En el día contra la corrupción, y hablando de la “liberticia” en este país hay mucho que decir, voy a hablar un poquito más todavía. Lástima que haya diputados que no quieran oír estos temas, porque de estos temas nunca se habla en este Parlamento.
Compañeras y compañeros diputados; efectivamente, como hay algunos diputados y diputadas que amenazan con romper el quórum para que el Magistrado de la Sala Segunda quede automáticamente reelecto sin votación, vamos a suspender aquí nuestra intervención, para permitir que haya votación y que no vayan a romper el quórum.
DEMOCRATAS DE PACOTILLA
No sin antes concluir diciendo que ese término que acuñó nuestra genial Ministra de Deportes en Mónaco, la “liberticia”, podría ser la libertad sin justicia, para qué libertad sin justicia, y en algunos casos sin libertad tampoco, porque lo que está pasando en las plantaciones bananeras de este país es que no hay libertad, ni tampoco justicia, en este país hay libertad de comercio y libertad de empresa, pero no tienen, los trabajadores, libertad para organizarse tranquilamente en las empresas sin ser despedidos, acosados, despedidos y perseguidos, humillados y discriminados impunemente.
Y aquí hay demócratas de pacotilla que se rasgan las vestiduras porque alguien le quiere poner un impuesto a un banco privado, porque eso afecta la libertad de comercio, pero ni vuelven a ver a los trabajadores y trabajadoras que todos los días son despedidos y perseguidos impunemente sin que se respete su libertad más básica de todo ser humano a organizarse libremente, y la Corte tiene mucha responsabilidad en eso, la Sala Segunda, la Sala Cuarta, la “Sala Quinta” y todos los tribunales de justicia que están permitiendo que esto pase.