La facilidad para hablar del racismo de la casa ajena, pero no en la propia
¿Cuál es el origen de la situación actual en América Latina? Usualmente se responde que los españoles solo vinieron a robar, a saquear y violar. “Pobres nuestros indígenas” dicen algunos, sin percartarse de la continuidad del colonialismo con ese “nuestros”, denotando un entendimiento posesivo sobre el indígena. Otros dicen “ellos fueron quienes sufrieron por culpa de los españoles”, hablando de pasado, como si la situación actual del indígena no fuese marginal, de maltrato y desprecio. Como si el sufrimiento hubiese acabado, como si Costa Rica, o América Latina fuera el paraíso para los señores y señoras de los pueblos originarios.
“Culpa de los españoles”, dijo quien increpó “indio” como sinómimo de bruto al amigo cual no logró realizar una operación matemática sencilla.
“Culpa de los españoles”, dijo quien vio a la persona de tez negra, increpando “tírele un banano y métalo a una jaula”.
“Culpa de los españoles”, increparon aquellos quienes en días pasados, quemaron un refugio para miembros del pueblo cabécar contagiados de COVID-19.
El doble discurso evidenciado por parte de costarricenses tampoco absuelve a los españoles de los abusos cometidos. Sin embargo, en la Revista Complutense de Historia de América se pueden encontrar escritos valiosos, cuales denuncian los abusos cometidos por funcionarios españoles así como las leyes para castigarlos. Sí, los españoles castigaron abusos cometidos por españoles, y claro es que no se castigaron todos, así como en la actualidad muchos homicidios quedan impunes.
Tampoco se niega el fanatismo de sacerdotes como Diego de Landa, indiscutible culpable de la destrucción de códices mayas por considerarlas herejías, a la vez demostrando lo ilimitado de lo absurdo. Pero también hubo sacerdotes defensores de los pueblos originarios, como el ya famoso Bartolomé de las Casas, o el menos conocido Francisco de Vittoria, considerado por algunos como el padre del derecho internacional. Entre sus argumentos centrales se pueden resaltar lo ilegítimo de arrebatar tierras a los indígenas ya que no se hacía lo mismo con italianos y franceses, retomando que el Imperio Español se expandió por aquellas naciones europeas además de las naciones americanas de pueblos originarios. Sí, un sacerdote español del siglo XVI defendió la igualdad que debía practicarse entre pueblos europeos y americanos.
Esta se quizá la gran paradoja de América Latina, donde uno de sus países, Costa Rica, reniega de los abusos de los españoles pero solamente otorgó cédula a los indígenas hasta 1991. ¿Cómo se explica esto? ¿Por qué si los españoles ya no están en posesión de las tierras americanas, los indígenas la pasan tan mal?
La respuesta se podría identificar como “oficialismo criollo”. Secreto no es que los criollos fueron los más interesados en las independencias, pero estos no pensaban en igualdad para todos: dramática evidencia el caso Mapuche, este pueblo peleó a favor de España y en contra de los libertadores. El tiempo les dio la razón, cuando a finales del siglo XIX Chile y Argentina llevaron a cabo una guerra sangrienta buscando el exterminio, para quedarse con las tierras que incluso la corona española les reconoció como propias.
En Costa Rica no pasaba muy diferente, el discurso de la Costa Rica blanca plasmado en textos educativos como el Bosquejo de la República, Apuntamientos Geográficos o la Cartilla Histórica son evidencia de los mitos fundacionales de la nación basados en la idea de raza. No, el racismo no terminó al irse los españoles. El racismo continuará mientras no sea aceptada la marginación a la cual los latinoamericanos hemos relegado a los pueblos orignarios.
Los acontecimientos de Chile, Argentina y Costa Rica respondieron a un contexto en el cual, la modernidad occidental traía consigo el darwinismo social, una deficiente interpretación de la teoría de la evolución de las especies extrapolada a los seres humanos. El indígena, el negro, el chino eran símbolos de atraso, “por culpa de los españoles”, quienes eran el peor ejemplo para la civilización según la hipótesis sarmientina. Para dejar de lado ese considerado por los criollos nefasto legado español, había que “blanquear” a la población, sin embargo esto no se redujo al color de la piel. Se debían traer prácticas, arte, literatura de Inglaterra o Francia.
En este contexto el ilustre poeta Rubén Darío escribía “esta América indígena que habla español”. Tal vez sea necesario releer a Darío pensando en la defensa del idioma español, el indígena y el catolicismo frente al idioma inglés del naciente imperio yankee, de tradición anglicana, puritana y presbiteriana, de una población cual consideraba al mejor indígena el que estaba muerto.
Los criollos siempre vieron con asombro todo lo anglosajón, despreciando no solo a los indígenas, también a quienes no pertenecen a su séquito. Una élite criolla que reniega de España al mismo tiempo que de los no criollos continúa gobernando en las diferentes naciones de América Latina. Rafael Correa y Evo Morales aumentaron los ingresos de esas élites, pero no les perdonan el también haber mejorado los ingresos de los trabajadores, porque después de probar la vida digna no se quiere volver al estado anterior. Nada será igual en Bolivia o Ecuador, donde un quechua ya no se baja de la acera para dar espacio a “un blanquito”. A la élite criolla le encanta la desigualdad porque refleja monopolio del poder. Eso es América Latina, una región marcada por la desigualdad cuyas élites se empeñan en mantener. Como decía el periodista ruso Gabriel Bulgakov, “América Latina, tierras ricas pueblo pobre”.
No dejemos de mirar y denuciar los crímenes de la colonización, hablemos de aquello pero también de esto: el clasismo de las élites, que en numerosas ocasiones nos vendieron a intereses extranjeros, entiéndase fuera de América Latina. Del racismo aún presente en nuestras sociedades, que no se fue con los españoles. De la falta de acceso al crédito que no permite industrializar la región. El Imperio Yankee orquestó golpes de Estado en América Latina, negarlo teniendo a mano las “Confesiones de un sicario económico” de Perkins es querer tapar el sol con un dedo. Pero entendamos también que nada habría logrado el imperio sin el apoyo de nuestras élites. El enemigo siempre estuvo dentro pero no le vimos.
Fuentes utilizadas
Chile: los mapuche perdieron con la independencia
Francisco de Vittoria. Relecciones sobre los indios y el derecho de guerra https://www.uv.es/correa/troncal/resources/Relectio-prior-de-indis-recenter-inventis-Vitoria.pdf
Jhon Perkins Confesiones de un sicario económico.https://politikadigital.files.wordpress.com/2010/09/confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1.pdf
Domingo Faustino Sarmiento. Civilización o Barbarie. http://www.hacer.org/pdf/Facundo.pdf
Rubén Dario. Oda a Roosevelt https://www.poemas-del-alma.com/a-roosevelt.htm
Entrevista de Juan Carlos Monedero a Rafael Correa https://www.youtube.com/watch?v=1IcUbvecnbM
Entrevista de Rafael Correa a Juan Carlos Monedero https://www.youtube.com/watch?v=TJ0GFK4UjbU
- Diego Acuña Quesada. Docente de Estudios Sociales y Cívica.