-Las violaciones de derechos humanos en Honduras se acercan a los 800 casos registrados durante el mandato de Lobo y a los 10 mil desde el golpe de Estado.
-Diputado del Partido Frente Amplio le exige a la Presidenta Chinchilla que el gobierno de Costa Rica se pronuncie en contra de la actuación del Estado hondureño.
A un año del brutal golpe de Estado contra el presidente Zelaya, continúan las violaciones a los derechos humanos en Honduras, a pesar de los cambios de personas en los altos cargos del gobierno.
Es por lo anterior que, el diputado del Partido Frente Amplio Jose Máría Villalta le envió hoy una carta a la presidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, en la cual demanda que el gobierno de Costa Rica repudie públicamente la violación de derechos. El diputado afirma que, el gobierno costarricense, anterior y actual, ha estado mas preocupado por los tratados comerciales y el reconocimiento del gobierno de Lobo que por el respeto de derechos humanos, por ello le pide que su gobierno actúe coherentemente con los compromisos costarricenses y exija el fin de la represión del gobierno hondureño.
El diputado José María Villalta señaló a la presidenta Chinchilla: “repudiamos la represión desatada contra el pueblo hondureño por lo que exigimos, la libertad de todos los presos políticos, el cese del acoso a los medios de comunicación contrarios al gobierno hondureño, el fin de los apremios ilegales, así como el cese de la represión contra el movimiento popular hondureño”.
Según los datos de organismos especializados en el seguimiento de violaciones de derechos humanos, en la Honduras del régimen de Porfirio Lobo se han registrado alrededor de 760 casos de agresiones por razones políticas, desde el 27 de enero, día que asumió el poder. Los principales casos de violaciones han sido las detenciones ilegales, las amenazas y el exilio.
Llegan a alrededor de 9 mil las violaciones a derechos humanos ocurridas en Honduras, desde junio del 2009 hasta enero de 2010. Para el diputado Villalta: “las violaciones a los derechos humanos y al orden democrático hondureño no pueden quedar impunes.”