El Partido Frente Amplio manifiesta su solidaridad a los miles de personas migrantes que en los recientes días han salido de la hermana Honduras, empujadas por las duras condiciones de pobreza, violencia y desigualdad.
Desde el golpe de Estado de 2009, hay un deterioro de las condiciones de vida de la población, ha aumentado la violencia, la persecución y el asesinato contra activistas sociales -tal es el caso de la dirigente indígena y ambientalista Berta Cáceres-; y en las elecciones del 26 de noviembre de 2017 se ejecutó un evidente caso de fraude electoral para garantizar la continuidad de Juan Orlando Hernández. Tales circunstancias obligan a la población que aspira un futuro mejor para sí y para sus hijos e hijas, a emigrar para hallar las condiciones que le garanticen el derecho básico a la vida.
Éste estado de cosas en la hermana República de Honduras ha sido incentivado por la acción directa de las distintas administraciones de los Estados Unidos, país promotor y sostén del golpe de estado al presidente Manuel Zelaya en 2009 y principal patrocinador del reconocimiento internacional a los gobiernos posteriores, todos surgidos de procesos electorales viciados y fraudulentos. En Honduras se encentra uno de los enclaves militares más importantes de los Estados Unidos en la región, la base de Palmerola.
Igualmente, las doctrinas económicas neo liberales implementadas por estos gobiernos espurios sólo han profundizado las múltiples crisis que sufre la población hondureña. Los cientos de miles de hondureños que salen año con año hacia el norte huyen de un entorno dominado por la corrupción, la desigualdad, la impunidad y la violencia. La amplia presencia de las “maras”, el narcotráfico y en general el crimen organizado en la sociedad hondureña volvieron Tegucigalpa y San Pedro Sula dos de las ciudades más violentas del planeta. En este entorno sobrevive la población hondureña que en un 67.4% se encuentra bajo la línea de pobreza según datos de la CEPAL, según la OIT un 59% de la fuerza laboral hondureña se encuentra en el desempleo.
Solicitamos al Gobierno de Costa Rica, en la figura de su Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, a manifestarse en torno a esta situación que tiene lugar en nuestra región. Exhortamos a que en una clara muestra de apego a los principios democráticos y de defensa de los derechos humanos por los cuales nuestro país ha abogado, a hacer las gestiones pertinentes ante los entes internacionales para que se investigue al gobierno de la República de Honduras por las constantes violaciones a los derechos humanos que tienen lugar en el hermano país. Igualmente, nuestro país debe abogar por que los gobiernos de México y Estados Unidos, éste último responsable directo de la situación que vive el pueblo hondureño, otorguen asilo y protección a la carava migrante y cesen las expresiones racistas y discriminatorias contra los refugiados centroamericanos.
Lo que vive el pueblo hondureño es la mayor crisis humanitaria de la región, nuestro país debe ser promotor de que así sea reconocido por los organismos internacionales y que la comunidad internacional identifique el origen de esta verdadera tragedia humana que atraviesa nuestro continente.