Honduras se encuentra hoy sumida en una profunda crisis sociopolítica, con raíces en el golpe de Estado del año 2009. En los últimos meses se ha intensificado y estallado en las calles a través de movilizaciones y protestas en contra de las políticas recortistas y privatizadoras del narco dictador Juan Orlando Hernández. El cual inició su segunda administración gracias a una clara violación a la Constitución Política, marcada por irregularidades durante el proceso electoral y permeada por un clima de tensión y repudio por parte de amplios sectores de la población. No cabe duda que las élites económicas optaron por el fraude electoral para llevarlo de nuevo a la silla presidencial, pero no ha tardado mucho en hacerse evidente la ilegitimidad de su gobierno, caracterizado la corrupción, el uso del Estado para el actividades del narcotráfico y la impunidad.
Desde el Frente Amplio externamos nuestra solidaridad y apoyo al pueblo hondureño en su justa lucha por la defensa de sus derechos, por su liberación y por el restablecimiento de la paz y la democracia en su nación. El levantamiento popular constituye, en este momento, la única opción para un pueblo golpeado moralmente por el asalto de sus instituciones y de su soberanía. El desmantelamiento del Estado de Derecho, la manipulación del sistema electoral, la escalada de la violencia y la creciente desigualdad social, no hacen más que justificar la necesidad y urgencia de la dimisión de Juan Orlando Hernández y del restablecimiento de la democracia mediante elecciones transparentes y libres.
Condenamos rotundamente la agresión y la violencia estatal materializada en la represión militar de la que están siendo víctimas las personas manifestantes. Al día de hoy se contabilizan tres personas asesinadas y varias heridas, de las que es responsable directamente el gobierno de Juan Orlando Hernández y sus aliados. Así como es responsable del asesinato de la dirigente indígena y ambientalista, compañera Bertha Cáceres; del desplazamiento de miles de migrantes que huyen con sus hijos e hijas anhelando un futuro mejor.
Asimismo, hacemos un llamado a la comunidad internacional para que visibilice la crítica situación que vive el pueblo hondureño, y ejerza las presiones correspondientes, no sin cuestionar el silencio cómplice de la Organización de los Estados Americanos, encarnada en su máximo representante, Luis Almagro, así como del gobierno estadounidense, autoproclamado paladín de la paz y la democracia.
De igual forma, solicitamos al presidente Carlos Alvarado y a su canciller, Manuel Ventura, que se pronuncien en contra de este atropello a los derechos humanos por parte del gobierno de Honduras.