Por Antonio Ortega, Secretario General.
Hoy Patricia Mora Castellanos fue juramentada como Ministra de la Mujer, ella es heredera de una tradición política honesta, lúcida y de luchas incansables; esa que junto a campesinos y obreros organizaron las más grandes luchas reivindicativas de la historia costarricense; esa izquierda que negoció el cese al fuego para que no se derramara una gota más de sangre. Promesa no cumplida, siendo la izquierda traicionada e ilegalizado, corrió sangre de comunistas, fueron ellos quiénes pusieron el pecho a las balas, y el Partido impulsor de las Garantías Sociales se ilegalizó, pasando a la clandestinidad.
A Patricia le tocó, junto a muchísimos camaradas, construir y reconstruir esa herencia invisibilizada por la Segunda República , hoy aún ninguneada en los libros de textos, mantener vigente “la loca idea” de que ninguna persona sea explotada o humillada, en el país de la no memoria. Trabajo que no se limitó a la vía electoral, fueron muchas las trincheras de lucha.
La hoy Ministra es fiel heredera de esa lucidez y ese pensamiento de vanguardia, y no hablo únicamente de la sangre que corre por sus venas, Patricia, junto a José Merino, fundan el Frente Amplio en 2004, un Partido socialista, que buscaría ser la “casa común” de los movimientos sociales, una suerte de lo que Julio Anguita llamaría “izquierda generosa”. Y desde entonces asumen también las “nuevas banderas”, las que nunca fueron prioridad para la Costa Rica del siglo pasado y que para ese entonces sufrían de una mayor hostilidad que la de hoy en día: el ecologismo, el feminismo, la lucha LGTBIQ. Además de la necesaria lucha contra el avance neoliberal al que el bipartidismo costarricense le abrió las puertas de par en par, haciendo mesa gallega con las instituciones públicas y el dinero de todos los costarricenses.
En los últimos años nuestro país ha reconocido en ella una mujer íntegra, de fuerte verbo, de valientes acciones, pero también de fácil sonrisa y fuertes abrazos. Sabrán quiénes la conocen, y quiénes nos conocen, que su presencia en el Ministerio de la Mujer será asumida con convicción, respeto y entereza, nuestra historia ha sido muy larga para que alguien crea que nuestro silencio o inacción tienen precio. El Presidente Carlos Alvarado lo sabe tal cual.
Hoy Costa Rica reconoce de pie a una adelantada y combativa amiga, honesta y políticamente incorrecta, y es que una gran mayoría del país está hasta el hastío de lo llamado“políticamente correcto”.